REPORTAJE DE BODA OTOÑAL EN ALICANTE

Son muchas las parejas de educación religiosa que por ya sea por vínculo emocional o por devoción, deciden casarse en la iglesia del colegio en el que estudiaron. Es el caso de Andrea, ex alumna de Los Jesuítas de Alicante, donde dio comienzo esta boda de otoño sencilla y sobre todo, muy elegante.

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Novios de estudiantes, pedida frente al mar

Andrea y Carlos se conocieron hace algo más de seis años en la universidad. Destacados ambos como representantes del movimiento estudiantil, coincidieron codo con codo en una reunión sobre calidad en el rectorado y ya no volvieron a separarse. Dice ella que fue él quien «metió ficha», pero el caso es que se buscaban por los pasillos, como quien no quiere la cosa, entre clase y clase.

Un 15 de agosto, más de cuatro años después, se embarcaron rumbo a Formentera sin que ella supiera que cenando frente al mar y bajo la mirada atenta de todo el personal del restaurante, él clavaría la rodilla en el suelo. Cuenta Andrea que la emoción no le dejó decir que sí, tan sólo asentir nerviosa una y otra vez con la cabeza.

Ese fue el pistoletazo de salida para todo lo que vendría después, la organización de una boda de otoño que partía con un puñado de certezas: la primera, que el enlace se celebraría en el colegio de la Inmaculada Jesuítas de Alicante, donde estudió ella. La segunda, que sería una boda de otoño y de mañana. La tercera, que había que estar preparado por si el cielo decidía descargar sobre sus invitados.

Casarse en la iglesia del colegio

Cuenta esta pareja que la decisión de casarse en el colegio Los Jesuítas de Alicante estaba clara. Andrea estudió en este centro, habitual en la lista de los mejores colegios de España, que cuenta con una capilla sencilla, acogedora y muy luminosa, perfecta para una boda de otoño; donde se celebran enlaces con frecuencia.

Para el suyo, se vistió de gala, alfombrada en tonos crema, como el que viste sus paredes, y engalanada con esmero por José Domenech, de la floristería homónima que es un clásico en San Vicente del Raspeig. También fue obra suya el ramo de la novia, un delicado bouquet en crema y rosa, de los pequeños ramos que ella entregó a algunas invitadas y de las hortensias que recibieron todas las parejas casaderas que asistieron a la boda. Por supuesto, la decoración de la Finca Torre Boch, donde celebraron el enlace, también fue cosa suya.

Finca Torre Bosch en Alicante

El sitio, que como fotógrafos de bodas en Alicante conocemos bien y del que os hemos hablado en otras ocasiones, se coló en el número uno entre sus opciones porque les deslumbró el plan B que les ofrecieron en caso de lluvia.
Esta es una de las preocupaciones de cualquier pareja que celebra una boda de otoño y conviene siempre informarse de todos los detalles porque el clima no se puede controlar, pero la reacción de quien organiza la celebración sí es previsible. Para Carlos y Andrea la elección fue difícil y las dudas no se dispersaron hasta que visitaron Torre Boch un día que amenazaba lluvia y vivieron in situ cómo se adaptaban a la situación.
Superada la decisión de la finca, quedaba por elegir el cátering pero esta era otra de las certezas de esta pareja: lo encargaron a El Murri, que tras muchos años en San Vicente se mudó en 2015 a la ciudad de Alicante. Ambos conocían a fondo su cocina, de raíces, y no lo dudaron.

Minimalismo en una boda de otoño

Una sencilla iglesia del colegio Los Jesuítas, unos adornos florales que convierten en dogma el dicho de que menos es más y un menú de autor que destaca por su presentación limpia y armoniosa, sólo podían ir acorde con un look de boda sencillo y minimalista, el que eligió Andrea apostando por un modelo de Pepe Botella que después, pudiera transformar en vestido de cóctel. Lo hizo, y quedó precioso.

El traje era un vestido con escote barco y sin mangas, ceñido con un cinturón de pedrería que se remataba con un lazo zapatero en la espalda, justo al final de un sutil encaje de flores abotonado, única licencia de un modelo de costura discreto y muy elegante. La falda, con forma de trompeta, se abría detrás en una pequeña quilla que daba paso a una cola, también discreta, que la novia izó en su muñeca durante la celebración.

No llevaba velo y en su lugar lucía un tocado blanco de filigranas a un lado del recogido, que despejaba su rostro y le daba un aspecto muy natural. El último de los complementos de esta novia que lució unos pendientes de la familia y su anillo de pedida como únicas joyas, fue una rebeca de angora blanca que utilizó sólo cuando se cerraba la tarde y que era perfecta para el diseño sencillo de su vestido e ideal para una boda de otoño.

Andrea es alta, así que en la iglesia optó por un par de bailarinas que tras mucho buscar, encontró en lo que parecía una zapatería cualquera. Para el baile, sí se subió a unos tacones, unas cómodas cuñas anudadas al tobillo que le permitieron poner en pie a todos sus invitados para bailar juntos un temazo de los 90.
A la altura estuvo Carlos, con una semi levita del que fue Dedal de Oro en 2015, Félix Ramiro, con corbata y pañuelo granate. También sobrio en los complementos, llevaba unos gemelos de MontBlanc y el Omega que fue su regalo de compromiso.

Flores para todos los invitados

Para el recuerdo, queda ese baile conjunto del ‘Saturday Night’, las risas con los invitados entre boas de plumas y adornos de fantasía y la complicidad entre ambos durante toda la celebración, pero también la entrega de los ramos, uno de los momentos, para Carlos, más emocionantes.

Entregaron el ramo de la novia a su madre, que lo acogió tan sorprendida como emocionada, pero además, hubo una réplica en miniatura para la hermana de ella y otra, para la hermana de él. Después, regalaron una hortensia a cada pareja casadera que estaba invitada al enlace. «Nadie puede decir que no se casa por falta de ramo», bromea Carlos.

«La verdad es que tratamos que todo el mundo estuviese a gusto y poder disfrutar de todo lo que habíamos preparado», añade Andrea. A la luz de las fotografías que hicimos de su boda de otoño, de las que podéis ver una selección en el minivideo que os mostramos a continuación, consiguieron el objetivo!

«Ha sido un placer trabajar con Alberto y Geni. Son grandes profesionales, con talento y con los que logramos un nivel de implicación muy alto. ¡Las fotos han salido preciosas!» Andrea & Carlos.

Si tú también vas a celebrar una boda de otoño o en cualquier otra temporada y buscas inspiración, puedes recorrer nuestra sección de reportajes de Bodas, prebodas y postbodas para conocer mejor lo que hacemos. Trabajamos como fotógrafos profesionales de bodas en toda España y nos adaptamos a todo tipo de parejas.

No dudes en contactar con nosotros si necesitas más información. Enjoy!

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